Trío de la Semana #2

Libro: Más historias de fantasmas de un anticuario

Antes de llegar el verano, en plena temporada de exámenes, vi un concurso en Internet sobre relatos de fantasmas. No se si lo sabréis, pero de todo lo que he llegado a escribir, solo me he sentido realmente cómodo en el género de terror, entonces, me dije: ¿Por qué no? Y empece a documentarme nuevamente sobre cuento de terror, es decir, tire de biblioteca y saqué, de entre tanto polvo, estos maravillosos y espeluznantes relatos fantasmagóricos tan poco ortodoxos. Esta es la edición de bolsillo de la editorial Valdemar, una excelentísima editorial de literatura especializada en las letras mal llamadas «populares», es decir, terror, fantasía, pulp, aventuras, ciencia ficción, etc; hay una versión más completa que incluye toda la obra de M.R James, bastante escueta, en tapa dura en una edición preciosa. La que yo os traigo aquí es una pequeña selección. ¿Qué tienen de especial estos cuentos de terror? Para empezar, la figura del fantasma de James está muy alejada del arquetipo fantasmal victoriano, es decir, la clásica figura nebulosa que deambula errante con su chirriar de cadenas y sollozos de ultratumba. El fantasma jamesiano es puramente material, tangible y palpable, grotesco en la mayoría de los casos, y malvado, más malo que el pecado. No os puedo asegurar los sustos: la literatura de terror no funciona con los mismos golpes de efecto que el cine o los videojuegos. Lo que si os puedo asegurar son situaciones bastante escabrosas, tirando a sórdidas, más que nada porque la mayor parte de las cuentos son historias de venganza desde el mas allá, maleficios y bromas macabras. Conclusión: spooky ghosts, mal yuyu british de principios de siglo, muy recomendable.

Película: Tropic Thunder

La verdad es que con esta recomendación estoy lanzando muchísimas piedras contra mi propio tejado: me estoy lapidando. AYYYYYYYY MURNAU, ¿Pero es que tu no veías solo cine escandinavo y drama social? ¿Qué haces viendo comedia, si ese es un género mediocre que no aporta nada ni enriquece el espíritu? Bueno… mirad, lo confieso, me gusta Ben Stiller como director. Adoro Zoolander, adoro su sentido del humor gamberro, amo las chorradas que se le ocurren, como puede meterse con todo el mundo con tantísima mala uva, y esta no iba a ser la excepción. Tropic Thunder es un despelote, una critica acidísima a Hollywood y al gremio de los actores, una sátira brutal a películas bélicas americanas como Platoon -no se cuantas coñas hay de esa icónica escena final- o La Chaqueta Metálica, y amo cada segundo del metraje. Me encanta a Robert Downey Jr. haciendo de afroamericano gangsta, me encanta Jack Black de heroinomano con el mono, incluso Ben Stiller, con su actuación de cartón piedra y su única mirada -ACERO AZUL- me parece que lo borda como actor de pelis de acción fracasado. Entre los chistes, las situaciones absurdas que se dan cuando el equipo de rodaje les abandona en la jungla, los charlies narcos, Tom Cruise… solo, solo Tom Cruise justifica ver esta película, de verdad. Conclusión: gran sentido del humor, situaciones muy burras a ritmo de fuego cruzado, y los mejores créditos de la historia del cine.

 

Música: Welcome to the Pleasuredome

A principio de los años ochenta hubo un nombre que cambio la música y tambaleó los cimientos de la cultura británica aun más que los Sex Pistols y su punk sucio, hubo una banda que como una estrella fugaz apareció, deslumbro a todos con su brillo, y murió a la misma velocidad, como un suspiro. Ese nombre era Frankie Goes to Hollywood, y su grito de guerra, Relax. Ya nadie se acuerda de aquellos años, pero lo que Relax supuso para el panorama musical pocas veces va a ser igualado, y mucho menos eclipsado, en un futuro cercano. Dicho en pocas palabras, todos los medios de difusión importantes la odiaban, la censuraron, hicieron lo imposible para que nadie la escuchara, ni la canción ni al grupo; sin embargo, el pueblo la amaba, y esa aura maldita no hizo más que reforzar esa fascinación: la gente necesitaba a FGTH. Puede que a día de hoy escuchar este disco no produzca el mismo efecto que hace 30 años: su sonido ha envejecido mal, y hay mucha caspa entre tantos buenos temas -es un álbum de una hora, hasta cierto punto es comprensible-, sin olvidar que este disco, junto con el siguiente, fueron los únicos de su brevísima carrera musical. Aun así, es innegable el talento y el esfuerzo que hubo detrás de este grupo, sobre todo gracias a los esfuerzos de su productor, Trevor Horn, uno de los grandes productores del gremio. Si queréis descubrir vosotros mismos lo que supuso esta banda para los ochenta, no dudéis un instante, poneos el disco, y si lo sentís demasiado denso, seleccionar sus mejores temas, pero no os podéis perder el sonido de una época. Conclusión: Relax, Two Tribes, y el calvo de la levita de los directos, recomendadísimo.