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La lluvia amarilla – Julio Llamazares

“La+lluvia+amarilla”+de+Julio+Llamazares.

Hacia ya un tiempo que no escribía algo sobre alguna novela. En estas épocas tan difíciles -y que más difíciles se van a volver- es complicado poder dedicarle un poco de tiempo a la lectura, y no ya digamos dedicárselo en profundidad, leyendo sesudamente cada párrafo para exprimir toda la sapiencia de la prosa del autor. Soy de esos neuróticos que piensa que, cuando uno esta estudiando, cualquier cosa que lea va a ser almacenada en el disco duro de forma incluso más permanente que la información académicamente útil, así que ni harto vino me acerco a un libro en fechas de exámenes. Claro que para eso se inventaron las novelas breves como la que os traigo hoy.

La lluvia amarilla nace de la maravillosa pluma de mi tocayo Julio Llamazares, uno de esos narradores innatos que lleva en sus genes leoneses, al igual que José María Merino y Luis Mateo Diez, el contar historias maravillosas y envolverlas de un aura mágica y nostálgica, como de cuento a la luz de la lumbre. Julio Llamazares es un veterano con una obra narrativa no muy extensa, pero que ha cultivado géneros como la poesía, el libro de viaje o el ensayo. No conozco esta faceta suya, mejor dicho, apenas conozco la obra de Llamazares mas allá del pie de pagina que aparecía en mi libro de bachillerato. Pero si el resto de su producción tiene la calidad de esta, su segunda novela, me parece a mi que voy a tener que hacerme con todo lo que haya tenido a buen gusto parir.

La lluvia amarilla nos narra en un extenso monólogo los últimos años de un pueblo del Pirineo aragonés, Ainielle, abandonado por todos sus habitantes salvo por nuestro narrador. La trama apenas es un esbozo con el que pareciera imposible construir una novela de mas de 100 paginas, mas bien parece un relato corto; puede que incluso hubiera funcionado mejor en este formato y muchos de los defectos que he encontrado y que se han ido repitiendo a la lo largo de la lectura hubieran pasado desapercibidos. Llamazares nos cuenta una historia poblada por fantasmas, tanto humanos como del pasado, y utiliza todos los recursos con los que cuenta, su lenguaje poético pero preciso, su léxico rico pero sencillo, su simbología intuitiva e inteligente sin resultar pedante, para transmitir la soledad, la importancia de la memoria, el paso del tiempo y la muerte, bien reflejado por esa «lluvia amarilla» del titulo. A ratos la novela se vuelve muy angustiosa, confieso que yo me he sentido repelido en determinados capítulos por lo presente que es la figura de la muerte. Esta es una gran virtud de la novela, remover tus sentimientos y tus pensamientos, incomodarte al hacerte pensar en cosas que evitamos, pues seriamos unas almas en pena si estas ideas nos asaltaran constantemente. Pero claro, pensad que nuestro narrador esta en completa soledad -exceptuando la compañía de un perro- durante años y años, y eso es convivir a solas con tu consciencia, con todo lo que ello implica. Imaginad vosotros una situación parecida, imaginaos que os abandonan en el pueblo que os ha visto crecer todos vuestros vecinos, pero tu te niegas, porque ese es tu pueblo, y te encuentras completamente solo durante años. Tal vez mas de uno abrazaría la locura directamente.

Por supuesto, la novela  no es perfecta, y gran parte de los defectos que le he encontrado creo, como he dicho arriba, se solucionarían con un cambio de formato. El lenguaje de Llamazares esta brillantemente escrito, pero la casi inexistencia de acción hace que muchas situaciones se sientan repetitivas y que haya una excesiva presencia de palabras que taladran el mensaje de la obra que hace que a la larga no fluya con naturalidad y sienta forzado. Ojo, es un logro que Llamazares haya logrado añadir a cada capitulo situaciones nuevas dentro de sus posibilidades, que eran muy escasas, pero se sigue sintiendo repetitiva la voz del narrador, y muchas reflexiones derivativas de otras muy similares. Claro que, no sabría decir si esto es un recurso más para trasmitir la soledad y el aislamiento en esta repetición y si era consciente de esto el propio autor. Recurso o no, a la larga embota al lector y puede llegar a aburrirle. Por suerte el conjunto es tan solido e intenso que bien pudiera perdonársele esta estilo reiterativo. Pero en cuanto a la voz del narrador si estoy seguro de una cosa: un ejemplar de labriego pirenaico, de la posguerra, analfabeto, tozudo, cerrado e intolerante no podría expresarse con un lenguaje tan rico ni tener una profundidad psicológica equivalente a la del pintor psicópata de El tunel, de Sabato. Creedme, si leéis la novela vais a ser conscientes de lo que os digo, no es comprensible un lenguaje así en el personaje, a no ser que la soledad te de poderes de dicción.

La lluvia amarilla es, a la larga, una lectura incomoda y difícil, muy triste, y a mas de uno le resultara desagradable. Sin embargo, la prosa esta tan cuidada y su drama es tan sincero que es imposible no sentirse cautivado por unas circunstancias tan patéticas como las de nuestro protagonista, pese a que el mismo sea culpable de gran parte de las mismas. Una obra muy recomendable si sabes perdonar sus defectos, y un autor al que no hay que perder de vista.

3 pensamientos en “La lluvia amarilla – Julio Llamazares

  1. ¡Hola!

    A ver, a ver, con tu reseña no dudo de que el libro sea bueno y que tenga la calidad que dices. Una de las cosas que más me gusta de ti es que siempre compartes libros que no conozco y cuyos autores merece la pena echarles un vistazo pero en esta ocasión no creo que el libro, para mí, claro, vaya a ser para tanto. Cada vez leo más literatura española y tiene bastante calidad pero este no sé yo. Creo que al final me resultaría un coñazo, no lo disfrutaría y no le encontraría mucho sentido. Pero porque no me llama y ahora mismo mi gusto no va por ahí.

    De todas formas no lo descartaré en un futuro. Y eso sí, tu reseña magnífica.

    ¡Un beso!

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  2. Y muy probablemente tengas razon, te lo aseguro. De primeras, es de lo menos atractivo que te puedes echar a la cara… ¿Quien querria oir un monologo entero de un abuelo abandonado en un pueblo cuyo ultimo habitante es el? Al menos en 5 horas con Mario, que tambien es un monologo, son 200 paginas de una mujer diciendole a su marido muerto «TE LO DIJE» XD.
    Aun asi, me alegro que te haya gustado mi reseña e interesado, y si sigues sintiendote atraida por escritores españoles descuida que habran muchos mas por aqui. Esperate a que me acabe el libro que tengo de Felix J. Palma y, sobre todo, el Olvidado Rey Gudu…

    ¡Un beso!

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